Detienen al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, acusado de narcotráfico por Estados Unidos

Detienen al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, acusado de narcotráfico por Estados Unidos

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El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue detenido el martes por agentes de la policía en su casa de Tegucigalpa, esposado de manos y pies, horas después de que Washington solicitara su extradición. 

Estados Unidos acusa al exmandatario de introducir miles de kilos de cocaína provenientes de Sudamérica durante el periodo en que fue presidente del país centroamericano (2014-2022). Su arresto se produce solo dos semanas después de que acabara su mandato.

En la madrugada de este martes, tras conocerse la solicitud de extradición de Washington, Hernández había reconocido en un audio difundido en sus redes sociales que “no son momentos fáciles” y que estaba dispuesto a “colaborar voluntariamente” con las autoridades después de que decenas de policías se presentaran en la madrugada en su casa de Tegucigalpa fuertemente armados.

Su condición de diputado del Parlamento Centroamericano no fue suficiente para garantizar su inmunidad y ahora todo indica que será extraditado en las próximas horas para afrontar una acusación que incluye tráfico de drogas y posesión de armas.

Las imputaciones al exgobernante están basadas, en su mayoría, en declaraciones de narcotraficantes durante un juicio a un hermano suyo en la nación norteamericana. Hernández las ha negado en el pasado y el martes temprano dijo estar dispuesto a responder ante la ley.

Luego de que un juez emitiera una orden de arresto en su contra, Hernández fue aprehendido por policías en su casa de Tegucigalpa y, tras abandonarla esposado y con chaleco antibalas, fue escoltado por uniformados hasta la Dirección Nacional De Fuerzas Especiales de la Policía.

Cubierto con una gorra, una mascarilla y un chaleco antibalas, el exmandatario salió de su vivienda rodeado de uniformados y en un contexto de relativa calma, aunque la imagen en sí supone una chocante sacudida en un contexto de impunidad de un país en el que rara vez hay detenidos y menos aún culpables.

La noticia sobre las intenciones de Estados Unidos de llevárselo cuanto antes se conocieron el lunes por la noche, después de que la Cancillería de Honduras informara que había recibido una petición de ese país solicitando formalmente el arresto provisional de “un político hondureño”, del que no se daba su nombre, con el “propósito de extradición”.

“La policía nacional, a través de mis apoderados, ha recibido ya el mensaje de que estoy presto y listo para colaborar (…) para poder enfrentar esta situación”, afirmó el exmandatario en un mensaje de audio horas antes de su detención.

Hernández, de 53 años de edad, fue señalado por narcotraficantes de haber recibido sobornos antes de llegar al poder a cambio de contratos gubernamentales y protección contra posibles capturas y extradiciones a Estados Unidos.

Su equipo de defensa legal había pedido que no se librara una orden de arresto o captura preventiva contra Hernández, toda vez que notificó su voluntad de someterse voluntariamente al proceso de extradición.

La extradición de Hernández puede durar meses ya que, una vez notificado el imputado, debe pasar un mes hasta la audiencia de presentación de pruebas y la resolución judicial puede tardar de 2 a 3 meses más y puede ser, además, apelada, explicó la defensa del exmandatario en un comunicado.

En Washington, una persona familiarizada con el asunto dijo que el gobierno de Estados Unidos esperaba que proporcionar detalles extensos sobre los cargos pudiera persuadir a la nueva administración hondureña para que actuara rápidamente, pero aún espera que los procedimientos de la Corte Suprema se prolonguen debido a la sensibilidad política del caso.

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