La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, en una imagen de archivo. EFE/ Sergio Pérez
París, (EFE).- La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, acudirá a la reunión que le ha convocado el primer ministro, el centrista François Bayrou, pero considera que su Gobierno está finiquitado, y su prioridad es poner su partido en orden de marcha para unas elecciones anticipadas.
«Los franceses esperan una alternancia y estamos convencidos de que nosotros somos esa alternancia», subrayó este lunes Le Pen ante las instancias de campaña de su formación, la Agrupación Nacional (RN), en una declaración abierta a los medios.
«Por cortesía republicana»
La jefa del RN ha explicado que mañana por la mañana irá junto a su mano derecha, Jordan Bardella, a la residencia del primer ministro, pero sólo «por cortesía republicana, ya que no esperamos nada de esa cita», porque Bayrou «no es capaz de cuestionar» una política en la que está «en desacuerdo radical».
El primer ministro centrista, que ha convocado el próximo 8 de septiembre una moción de confianza con la idea de obtener un respaldo de principio a su proyecto de presupuestos para 2026, que contempla un ajuste de casi 44.000 millones de euros, se enfrenta al rechazo en bloque de toda la oposición, lo que, si se concreta, le obligará a dimitir ese mismo día.
A partir de ahí, será el presidente, Emmanuel Macron, el que decide si nombra a otro jefe de Gobierno, que tendría que buscar una mayoría en la Asamblea Nacional que parece imposible de conseguir con la fragmentación actual, o si convoca elecciones legislativas anticipadas.
Le Pen reprocha a Bayrou
Le Pen ha reprochado a Bayrou que esté desconectado de la realidad de los franceses y el no reconocimiento de su responsabilidad en la actual crisis.
«Por razones ideológicas, Bayrou y su Gobierno -subrayó- se niegan a cualquier esfuerzo en estos presupuestos. Piden esfuerzos a todo el mundo, salvo en la inmigración» y eso «es inadmisible».
Inmigración
El RN afirma que las políticas migratorias le cuestan al erario público francés «decenas de miles de millones de euros» y que hay que terminar con las «bombas aspirantes» que atraen a muchos extranjeros a instalarse en Francia y aprovecharse de su sistema de protección social y sanitario.
Más allá de cargar contra Bayrou, Le Pen también dirigió sus dardos a Macron, del que dijo que «es un ser irracional», del que afirmó que no entienden ni sus decisiones ni sus intenciones, en particular sobre un posible adelanto electoral. Por eso, insistió en que «hay que estar listos desde el lunes».
Ronda de contactos
Por otro lado, el secretario nacional del Partido Comunista Francés (PCF), Fabien Roussel, ha sido el primero en ser recibido esta tarde por el primer ministro en la ronda de contactos con los líderes políticos con intención de negociar el contenido del ajuste de su proyecto de presupuestos.
Roussel calificó de «vergonzosos» esos presupuestos y repitió que exigen «otra política» y el nombramiento de «otro primer ministro que relance el crecimiento y el poder adquisitivo».
El líder comunista declaró que es verdad que «la situación es grave», pero la razón es que «se han hecho regalos a los ricos» y «a las multinacionales» y «se ha utilizado mal el dinero público».
Tanto la Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon como los Ecologistas han dicho que no acudirán a la convocatoria de Bayrou y, aunque los socialistas sí que irán el jueves, ya han dejado claro que, como el resto de la oposición, votarán contra la confianza del primer ministro. EFE